Recientemente he pensado que, quizás al momento de entrar a una relación, no se busca por algo en específico. Podría ser que todos buscáramos amor; pero existen aquellos que no creen en tal cosas, entonces ¿qué es?
¿Qué es aquello que toda persona, sin importar lo que sienta, lo que piense, lo que viva, busca?
Las personas románticas buscan amor. Aquel sentimiento que les llena de alegría y les hace pensar cada día es el mejor de sus vidas. Buscan, quizás, a alguien que logre acelerar sus corazones cada vez que se vean. Alguien que, simplemente, les recuerde la buena fortuna que tienen.
Las personas rotas buscan paz. No buscan sentir alegría, sino dejar de sentir tristeza. No quieren vivir el mejor día de sus vidas, sino que buscan descubrir que los días no son tan malos. Alguien que posea un poco más de esperanza en su corazón. Y que les recuerde que, si bien la vida no es perfecta, podría al menos mejorar un poco.
Las personas sencillas buscan compañía. Nada que les altere demasiado, pero que tampoco aburra su existencia. Quieren vivir días buenos, días como los que tienen acostumbrados, simplemente acompañados por alguien que les comprenda. Buscan a alguien que tenga los mismos gustos, a aquella persona a la que puedan abrazar mirando una película, con la que puedan discutir a gritos cuando no están de acuerdo.
Hay un millón de variaciones, y ninguna es exacta, al final. Hay billones de personas en el mundo y quizás cada una busca algo diferente; o quizás hay solo una persona ahí afuera que quiere lo mismo que tú; o quizás, al fondo de toda interpretación, exista algo que todos tenemos en común. Algo que todos estamos buscando y simplemente no podemos descifrar.
Podría ser que, aunque busquemos cosas diferentes, alguna vez logremos congeniar con alguien que, si bien no busca lo mismo que nosotros, nos permite pasar un buen rato, sintiendo que todo aquello que buscamos ha sido -aunque sea por un tiempo- encontrado.
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